Si no es una invasión, se parece bastante. La tierra de Gaza tiembla bajo las bombas como no se había sentido en tres semanas de hostilidades. Los carros de combate y la infantería de Israel siguen combatiendo en el interior de la Franja palestina desde la noche del viernes. “Continuarán hasta nueva orden”, anunció este sábado el ministro de Defensa, Yoav Gallant. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó poco después que la contienda declarada el 7 de octubre, tras la debacle infligida por la milicia de Hamás —1.400 civiles y militares muertos, más de 200 secuestrados— ha entrado en una “segunda fase, que va a ser larga y difícil” y la comparó con la denominada Guerra de la Independencia, contra varios países árabes tras la creación del Estado de Israel, que se prolongó entre 1948 y 1949.
“Esta es la segunda fase de una guerra cuyos objetivos son claros”, afirmó en una comparecencia ante la prensa en Tel Aviv, “destruir las capaciadades políticas y militares de Hamás y devolver a los rehenes a sus hogares”. “Esto es solo el principio”, enfatizó. “Vamos a destruir al enemigo, en la superficie o bajo tierra”. El ministro de Defensa ya lo había anticipado. “Esta noche [por el sábado] atacamos sobre el terreno y bajo tierra, atacamos a los terroristas de cualquier graduación en todos los lugares”, declaró Gallant tras reunirse con el sanedrín de la guerra: el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, los responsables del Shin Bet (seguridad interior) y el Mosad (seguridad exterior) y el resto de la cúpula de los servicios de seguridad del Estado judío. Los responsables sanitarios de la administración controlada por Hamás dicen haber contabilizado ya más de 7.700 muertos en 21 días de ataques y bombardeos israelíes. Respecto a las presiones internacionales, Netanyahu ha calificado de “hipócritas” a los que acusan a Israel de crímenes de guerra. El ministro y exgeneral Benny Gantz, que le acompañaba junto con el también exgeneral Gallant en su comparecencia de la noche del sábado, ha advertido de que “no hay una cuenta atrás diplomática” para Israel.
Desde que irrumpió en el enclave costero en la noche del viernes, tras el inicio del sabbat, con infantería, blindados y artillería, el ejército israelí no ha abandonado el territorio palestino. Las Fuerzas Armadas atacaron en superficie, donde la milicia de Ezedín al Qasam, brazo armado del movimiento de resistencia islámica, aseguró que les había hecho frente en Beit Hanun, la población más próxima a la frontera en el norte de la Franja. Gallant ha indicado que las fuerzas armadas están “golpeando con fuerza a Hamás”. El primer ministro ha reiterado a su vez los llamamientos a la población civil de Gaza a que se traslade a lo que denomina “zonas seguras”, hacia el sur del enclave
Respecto a los más de 220 civiles israelíes en manos de Hamás, el primer ministro ha asegurado que “se harán todos los esfuerzos” para lograr su liberación y que las operaciones en la Franja de Gaza “pueden contribuir al regreso” de los rehenes. El ministro Gallant ha coincidido con el primer ministro en que “cuanto mayor sea la presión a la que se someta a Hamás, mayores son las posibilidades de que devuelvan a los rehenes”.
Justo antes de la comparecencia, Netanyahu se había reunido con representantes de las familias de los rehenes, que le habían solicitado que todas las operaciones militares tengan en cuenta el bienestar de los rehenes y un esfuerzo negociado para su liberación. Los familiares de los al menos 229 cautivos en Gaza habían definido la noche del sábado al domingo como la peor desde el inicio de la ofensiva israelí. Mientras Qatar media contra reloj en la liberación de un amplio número de ellos, los familiares de quienes fueron capturados en Israel y llevados a la Franja se han reunido con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ante la “ansiedad, frustración y enfado” después de una noche de bombardeos. Los familiares de los rehenes han declarado sentirse traumatizados por la “completa incertidumbre sobre la suerte de los allí secuestrados, también sometidos a intensos bombardeos”.
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Según el portavoz del brazo armado de Hamás, más de 50 cautivos han muerto ya en las tres semanas de ataques. Varios analistas militares israelíes señalaban esta semana que la intensificación de los bombardeos y el bloqueo completo de combustible ―con la entrada a cuentagotas de agua, comida y medicamentos solo para el sur― buscan forzar a Hamás a liberar al mayor número posible de capturados. El jefe político de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, se ha mostrado dispuesto a canjear a “todos los priosioneros israelíes en Gaza por todos los presos palestinos en cárceles israelíes”, según un comunuicado citado por France Presse.
El ejército ha seguido, entretanto, atacando en el interior de Gaza durante el sábado. Tras una noche de intensos bombardeos aéreos que los residentes de la Franja han descrito como los peores desde el inicio de la guerra y el portavoz militar israelí, contralmirante Daniel Hagari, como “masivos y muy significativos”, la mayor incursión terrestre hasta la fecha ha seguido su curso. La operación se lanzó en la noche del viernes, sin aclaraciones sobre su alcance y tras dos semanas de amenazas a bombo y platillo sobre la inminencia de una invasión de meses de duración para “eliminar por completo a Hamás”. Hagari se limitó confirmar la “expansión de la actividad terrestre”, el empleo de “fuego intenso” y el “avance en las fases de la guerra”.
Nunca en las tres últimas semanas había salido tan poca información de una Gaza casi incomunicada, tras la caída el viernes de las comunicaciones e internet. El Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás ha cifrado en 377 los muertos de la madrugada del sábado, con lo que el balance de víctimas mortales desde el 7 de octubre ascendería a más de 7.700 (sobre todo, menores y mujeres). La Media Luna Roja tiene dificultades para llegar a los lugares atacados. En las imágenes que han difundido medios locales y circulan por redes sociales se pueden ver u oír bombardeos aéreos potentes y constantes, y gritos de niños y mujeres en la oscuridad. También tiroteos en la zona fronteriza. Hamás asegura que sus milicianos están preparados para enfrentarse a los soldados israelíes “con toda la fuerza”.
El apagón de comunicaciones no solo impide que los civiles puedan ser auxiliados y que los periodistas palestinos puedan informar al resto del mundo, también ha roto los contactos entre las agencias de Naciones Unidas y su personal que opera sobre el terreno en la Franja palestina. El comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, condenaba desde Ginebra el “nivel de violencia alcanzado en el conflicto de Gaza”. Türk teme que operaciones terrestres de Israel a gran escala en Gaza puedan causar “miles de muertes más” entre los civiles. “Teniendo en cuenta la forma en la que se han llevado a cabo hasta ahora las operaciones militares, en el contexto de una ocupación de 56 años, enciendo las alarmas sobre las posibles catastróficas consecuencias de operaciones terrestres a gran escala en Gaza y sobre la posibilidad de que causen miles de muertes más entre civiles”, ha afirmado en un comunicado. El comisionado ha realizado un llamamiento a las partes enfrentadas y a todos los Estados con influencia en la región a “hacer todo lo que esté en su poder para desescalar este conflicto”.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en sus siglas en inglés) también ha denunciado que el bombardeo de la noche del viernes del ejército israelí en la Franja ha sido el “peor y más intenso” desde que comenzó la ofensiva después de que el enclave gazatí se haya quedado prácticamente incomunicado al bloquear Israel las comunicaciones. El magnate estadounidense Elon Musk se ha ofrecido a proporcionar acceso a internet vía satélite al enclave palestino a través de la red Starlink. El ofrecimiento de conectividad va dirigido únicamente a “organizaciones humanitarias internacionalmente reconocidas”, ha precisado. Sin asumir la responsabilidad por el apagón de las comunucaciones, el portavoz de las Fuerzas Armadas, el contralmirante Hagari, se ha limitado a asegurar que el ejército “hace todo lo necesario para garantizar la seguridad de sus fuerzas, por el tiempo que sea necesario, y de forma temporal o permanente”, sin hacer más comentarios.
Residentes en Gaza citados por medios locales han dado cuenta de que los ataques desde el aire son los más potentes desde el inicio de la crisis. Sobre todo en la zona norte: Beit Lahia, Beit Hanun y, ya más cerca de Gaza capital, el campamento de refugiados de Jabalia. Es ahí donde el ejército israelí asegura haber atacado “unos 150 objetivos subterráneos”. También ha bombardeado Jan Yunis, en el sur, donde se concentra la gran mayoría de la población debido a la orden de evacuación que el ejército israelí emitió a más de un millón de personas que vivían en el norte de la Franja, que al menos 700.000 ciudadanos siguieron.
El ejército israelí ha difundido un vídeo en el que se ve a decenas de vehículos blindados de combate avanzar por Gaza en formación y abrir fuego. Por las imágenes, parecen estar en zonas fronterizas, junto a la barrera o a orillas del mar, moviéndose de norte a sur. El ejército ha informado además de los “asesinatos selectivos” de Asem Abu Rakaba, al que identifica como jefe de la fuerza aérea de Hamás, como responsable de los drones, parapentes (empleados en el ataque masivo por sorpresa del día 7), y de Ratib Abu Tzahiban, comandante de las fuerzas navales en la capital capital gazatí.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha asegurado que Estados Unidos no pone “líneas rojas” a Israel en esta ofensiva, aunque se ha mostrado partidario de “pausas humanitarias”. El director general de la Organización Mundial de Salud, Tedros Adhanom, ha calificado los “intensos bombardeos” sobre Gaza de “extremadamente preocupantes”. “En tales circunstancias no es posible evacuar a los pacientes ni encontrar un refugio seguro. El apagón también impide que las ambulancias lleguen a los heridos. Todavía no hemos recuperado la comunicación con nuestro personal y nuestras instalaciones de salud. Me preocupa su seguridad”, ha señalado en la red social X (antes Twitter). Otras ONG y organismos internacionales han comunicado dificultades o imposibilidad de contactar con su personal en Gaza por la caída de las comunicaciones.
Desde El Cairo, el Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio, ha acusado a Israel de obstaculizar la entrada de ayuda humanitaria a la franja de Gaza al obligar a que los camiones que las transportan sean inspeccionados el paso fronterizo israelí de Nitzana, situado a 100 kilómetros de la frontera con Gaza en Rafah. “El desvío causa un considerable retraso”, ha advertido un portavoz diplomático egipcio citado por Reuters. Antes del inicio del conflicto, unos 500 camiones atravesaban a diario el paso de Rafah. En los últimos días, está cruzando el paso fronterizo palestino una media diaria de 12 vehículos de carga.
Las tres fases de la guerra
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, expuso el pasado día 20 los objetivos de guerra de Israel en la franja de Gaza, durante una reunión del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Kneset (Parlamento) en Tel Aviv. El ministro Gallant les trasladó a los miembros del comité que la ofensiva tendrá tres fases principales: “Estamos en la primera fase”, señaló el ministro israelí la pasada semana, “en la que se está llevando a cabo una campaña militar con [ataques aéreos] y luego con una maniobra [terrestre] con el propósito de destruir a los operativos y dañar la infraestructura para derrotar y destruir a Hamás”.
Gallant explicó en la reunión en la Kneset que en la segunda fase, que definió como de “estabilización del sistema”, en la que estaría ahora el ejército israelí, se continuarán los combates, pero a menor intensidad, mientras las tropas trabajan para “eliminar focos de resistencia”. “El tercer paso”, prosiguió el ministro de Defensa, “será la creación de un nuevo régimen de seguridad en la Franja de Gaza, la eliminación de la responsabilidad de Israel en la vida cotidiana […] y la creación de una nueva realidad de seguridad para los ciudadanos de Israel y los residentes de [la zona que rodea Gaza]”.
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